Corría el año 777 cuando los lideres musulmanes de Barcelona y Zaragoza acudieron a pedir ayuda a Carlomagno pues el Emir de Córdoba los quería subyugar.

El Rey los amparó, al igual que a los otros lideres territoriales hispanos, con el compromiso de que se incorporaran al imperio carolingio, pacto que no cumplieron, y este fue el inicio de los futuros reinos que se desarrollaron en los siguientes 4 siglos.

Al estar Cataluña en el mar mediterráneo, centro del comercio en aquellos tiempos, su desarrollo fue mayor y le dio un mayor protagonismo inicial. En este sentido, se dedicaron a negociar constantemente ente el mundo musulmán y el carolingio en sus disputas y, de estas experiencias, se originó el seny catalán.

Antes, cabe señalar que no se unieron al imperio carolingio pues estuvieron mareándoles en las negociaciones… es lo que en catalán se dice “fer la puta i la ramoneta;” es decir jugar a dos bandos.

Y este es el origen del seny: escuchar a uno, escuchar a otro y tomar la decisión adecuada… no la prudencia o la discreción como erróneamente se atribuye.

Dos monjes franciscanos, Ramon Llull (1276) y Francesc de Eiximenis (1409) son los grandes compiladores del seny: se ganan más batallas con maestría y cordura que por acopio de tropas, cuando un castillo esta asediado lo prudente es saber cómo y cuándo se tiene que salir y no quedarse quieto, Dios nos dio dos orejas y una sola boca para escuchar el doble de lo que se habla… es decir, hay que saberse rodear de gente mejor capacitada que uno mismo, correr riesgos proporcionales a la circunstancia y grandes si es necesario, crearse una autoridad por el prestigio adquirido

Según Josep Pla, el catalán de tanto escuchar y aguantarse… explota y no se aviene a razones… es la rauxa… que lo destroza todo: es incapaz de escuchar, no mide las consecuencias catastróficas de sus actos, no sabe rodearse de gente capaz, etc. y, por seny, omito dar ejemplos en los últimos 110 años.

 

Josep Ma Romances