Curiosamente, el cerebro reptil que tenemos nos bloquea y, en esos momentos, nos cuesta mucho pensar racionalmente: ¿van a usar la información confidencial?, ¿quedará el equipo desmotivado?, ¿ficharán a gente de mi equipo?

Durante cientos de miles de años, hemos tenido que focalizar nuestro cerebro para salvarnos de los imprevistos como acechos de otros animales y es que realmente llevamos muy poquitos años pensando racionalmente.

Además, los jóvenes emprendedores lo tienen peor pues hasta los 35 años se desarrolla el prefrontal del córtex que es la parte del cerebro que resuelve este tipo de situaciones, incluyendo las incertidumbres.

El objetivo es superar esta situación en seis pasos:

  1. No pensar en el futuro. Estar en el presente, en el aquí y ahora, incluso en el peor de los casos, el peligro no es inminente.
  2. Sólo considerar los hechos reales, no las hipótesis. Aprender sobre qué ha pasado.
  3. Dibujar el peor escenario posible, visualizarlo y se verá que la vida sigue funcionando… peor o mejor, pero seguirá funcionando… si ha sido una perdida el tiempo, si han obtenido información confidencial o si pueden contratar a personal valioso, etc.
  4. Después, el mejor escenario posible… que alguna vez en el pasado ya habrá sucedido… qué hemos aprendido sobre mejoras en productos, mercados que funcionan y no conocíamos…
  5. Pues bien, ir al escenario intermedio que es el que usualmente sucede y chequearlo con las experiencias que se han tenido históricamente.
  6. Y, sobre este último escenario, planificar… si uno es de naturaleza optimista; el futuro se habrá desinflado, y si es pesimista, se verá que no hay para tanto… pero deberá cada uno actuar en consecuencia y añadir estas experiencias al plan de acción que exista.

Finalmente, es conveniente chequear con el asesor si está de acuerdo con estas experiencias y qué hacer a partir de ellas… seguramente dentro de un tiempo, lo verá como un gran aprendizaje… si se han hecho los deberes.

 

Artículo escrito por Josep Ma Romances, Fundador y Presidente CLOSA Capital