En un mundo que glorifica el ajetreo, el viejo adagio “trabaja de manera más inteligente, no más dura” a menudo se pierde. Pero, ¿y si trabajar más duro ya no funciona para nosotros? Este es el tema central de mi experiencia en liderazgo en entornos profesionales como la banca de inversión. La búsqueda del éxito a través del trabajo incesante es un ciclo vicioso, especialmente evidente entre los profesionales en campos de alta presión como el derecho, la consultoría y las finanzas.

El fenómeno de trabajar horas extremas no es solo una cuestión de elección personal; está profundamente arraigado en la cultura de las organizaciones profesionales de élite. Estas firmas a menudo buscan lo que denominan “insecure overachievers”: individuos excepcionalmente capaces impulsados por un profundo sentido de su propia insuficiencia. A pesar de sus competencias, estos profesionales albergan un miedo profundo a no rendir lo suficiente, lo cual se intensifica aún más por la naturaleza competitiva y de “ascender o salir” de la promoción dentro de estas organizaciones.

Mi experiencia es que estos insecure overachievers a menudo atribuyen sus hábitos de trabajo a una elección personal. Sin embargo, pasan por alto cómo estas elecciones están moldeadas por la cultura organizacional y las expectativas implícitas establecidas por sus compañeros y líderes. Estas expectativas crean un poderoso mecanismo de control social, donde las largas horas se normalizan e incluso se valoran.

Curiosamente, a pesar de las inversiones que muchas de estas organizaciones hacen en programas de equilibrio entre trabajo y vida y de bienestar, la presión para trabajar en exceso persiste. Los profesionales creen que son los únicos culpables de su incapacidad para mantener un equilibrio saludable entre trabajo y vida, perpetuando un ciclo de culpa y exceso de trabajo.

Para los líderes, reconocer el impacto de la cultura organizacional en los comportamientos individuales es crucial. Es importante entender que fomentar un entorno de trabajo saludable no se trata solo de ofrecer programas de apoyo, sino también de desafiar las creencias subyacentes que equiparan las largas horas con un mayor valor. Los líderes tienen la responsabilidad de modelar un comportamiento que priorice la eficiencia y el bienestar, demostrando que el éxito no requiere autossacrificio.

Así que, si te encuentras cuestionando por qué estás trabajando más duro que nunca, puede que sea el momento de reflexionar sobre cómo tus inseguridades están siendo manipuladas, intencionalmente o no, por la cultura de tu lugar de trabajo. Lograr un equilibrio puede requerir reevaluar no solo cómo trabajas, sino también el entorno en el que trabajas. Recuerda, el verdadero éxito permite una vida bien vivida, no solo una carrera bien hecha.

 

Josep Ma Romances, Presidente y Fundador de Closa Capital